domingo, 10 de enero de 2010

¿Somos un país cochino?


Esa pregunta podría ser interpretada como directa, acusatoria, “inflamatoria”, soez y muchas otras cosas más, pero la verdad es que hoy por hoy considero que SI somos un país cochino.

¿Qué?
En los últimos años Costa Rica ha avanzado en su infraestructura y ciertamente en las últimas décadas hay más universidades, escuelas, colegios, otros centros de formación académica, existe mayor acceso a la información por medio de Internet, así como otros avances en el campo de la tecnología. Cada día crece el urbanismo por doquier y también aumenta el acceso a la educación, para volvernos (podríamos pensar) un país más civilizado. Sin embargo, día con día aumenta la cantidad de basura por todas partes.
Hace algunos meses se inauguró el trayecto del tren entre Heredia y San José, he visto todas las mañanas como la basura está siempre presente en ambos lados de la vía férrea. Los videos que adjunto, capturan sólo 20 segundos de un recorrido de 30 minutos y es una triste muestra de lo que se observa en gran parte de los escasos 15 kilómetros de recorrido. Es algo un tanto contraproducente ver como cada domingo, el Incofer cobra ¢ 1000 colones por persona, para que familias de ticos (padres e hijos), a través de un paquete de turismo nacional, vean a lo largo de la vía, un triste vertedero de basura. ¿Podemos culpar a Incofer porque esto sucede? Por supuesto que no.
Asimismo, otra de las áreas más afectadas por el “exótico paisaje” de la basura, es el centro de San José; todas las tardes el comercio en conjunto con la Municipalidad de San José, cooperan para ensuciar la calles. El primero saca la basura en bolsas inmensas, en cartones, al garete o como sea, sin ningún contenedor que mantenga un orden, higiene u ornato alguno. A continuación lo que sucede es muy fácil de predecir: la basura se esparce junto con su olor por todas partes, mientras que el Gobierno Local, pasa con sus camiones unas horas más tarde, sin exigir algún tipo de estandarización y horario en el procedimiento.

¿Quiénes?
Usualmente culpamos a los gobernantes de todos nuestros problemas. Sin embargo, en esta ocasión no me atrevería a hacerlo. No puedo decir que el culpable es el gobierno de turno, o en su defecto el anterior, tras-anterior y así sucesivamente. Podría entonces suponer que las municipalidades de los diferentes cantones son las culpables, pero personalmente no las puedo culpar tampoco. ¿Será culpa entonces de los candidatos a la presidencia para la contienda del 7 de Febrero? ¿Será que no han propuesto soluciones en sus campañas para combatir la contaminación? Cuanto deseara poderlos culpar a ellos y eximirnos a todos los demás de esta responsabilidad, pero no está allí la respuesta.
La verdad es que los culpables somos TODOS. No nos podemos eximir de esta culpa, porque el que convirtamos las ciudades en basureros, no es causado por una necesidad básica en el diario vivir del ser humano. Es sólo una consecuencia.

¿Cómo?
Al día de hoy no puedo plantearme soluciones, pero si me pregunto: ¿Cómo llegó a suceder esto? ¿En qué momento de nuestra historia más reciente, nos convertimos en un país cochino?
Ambas preguntas las dejo abiertas, para que Todos los que lleguen a leer esta pequeña reseña, propongan una respuesta del cómo o cuando.
Pero me temo que sin solucionar o responder la incógnita del ¿Cómo paso?, podríamos llegar a encontrarle una solución cercana al problema del vertedero por doquier.