domingo, 6 de junio de 2010

Divian hace tanto ya...


Fue en una tarde de domingo, cuando nos vimos por primera vez..., habíamos postergado el encuentro por diferentes razones, pero ese día fueron testigos una iglesia del centro y un café que no existe ya. Tenía miedo, miedo a fallar, miedo a abrir mi corazón, miedo a ser…, mas tarde me di cuenta que era miedo a intentarlo... El principio fue difícil, pero poco a poco descubrí que en mi vida había aparecido un ángel que Dios había dispuesto allí para mí.
"Mi aliento, mi aliciente, mi ejemplo has sido tú, contigo aprendí a seguir y a no quejarme, a levantarme después de caer pese al dolor de cada golpe...”
Han ocurrido miles de cosas, he vivido miles de circunstancias; algunas que han generado mucha risa, otras mucho llanto, pero todas muy valiosas y con las cuales he aprendido lecciones muy grandes a su lado.
“Gracias por todo este tiempo...”
Cada día es una nueva experiencia, que sumada a las demás llena otra página y permite reescribir con una tinta distinta los capítulos vividos, pero con un matiz diferente.
“Gracias por reír y llorar junto a mí, por vivir mis alegrías y disfrutar mis triunfos, pero también por sentir mis penas y hacerlas tuyas...”
Hace tanto tiempo ya... y a la vez es tan poco...
“Gracias por el apoyo y las luchas conjuntas, las lecciones aprendidas y las derrotas ocurridas...”
Falta mucho aún…, vendrán nuevas circunstancias, otras experiencias, probablemente otros errores y grandes alegrías, pero también hay valiosas herramientas para construir ese futuro, es por lo que le pido a Dios que me brinde más oportunidades, para estar a su lado y seguir compartiendo en el escenario de la vida, tal y como ha ocurrido en estos diez años.
“Gracias a Dios por colocarte aquella tarde en mi camino...”
 Ignacio